Entre mayo y septiembre de 2024, desde Aranzadi seguimos de cerca a las gaviotas patiamarillas que crían en la isla de Santa Clara, en pleno corazón de Donostia. Cuatro adultos fueron equipados con dispositivos GPS y, gracias a más de 15.000 localizaciones, pudimos descubrir cómo se mueven, dónde se alimentan y qué papel juega la ciudad en su día a día.
Lo que descubrimos
Fieles a la isla… hasta cierto punto: en mayo, el 80% de sus movimientos se concentraban en Santa Clara, pero en septiembre apenas quedaba un 2.5%.
Territorios amplios: cada gaviota recorrió de media 113 km², aunque su “zona núcleo” fue mucho más pequeña, apenas 8 km².
Comida inesperada: las playas apenas se usaron, mientras que los prados y pastos fueron importantes al amanecer y al anochecer. El lugar más visitado resultó ser un polígono industrial con matadero y planta de reciclaje, auténtico buffet para ellas.
Viajes largos: llegaron a desplazarse hasta 40 km tierra adentro, siguiendo los ríos Urumea y Oria, y alcanzando desde Lekeitio hasta la costa francesa.
Rutina diaria: abandonan la isla antes del amanecer y regresan al amanecer, en sincronía con la búsqueda de alimento.
Por qué importa
Este estudio muestra cómo las gaviotas combinan espacios naturales con entornos urbanos e industriales para sobrevivir. Entender estos patrones es clave para diseñar estrategias de conservación que tengan en cuenta tanto la biodiversidad como la convivencia con la actividad humana.
Conclusión
Aunque se trata de un trabajo preliminar con pocos individuos, los resultados ofrecen una imagen representativa del comportamiento de la colonia de Santa Clara. Y abren la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo estas aves se adaptan a los cambios del paisaje y a la disponibilidad de recursos.
Haz clic aqui para leer el artículo completo; Juan Arizaga, Asier Aldalur, Gorka Valdés, Maite Laso
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