Recientemente Juan Arizaga y Aitor Galarza (Aranzadi) han publicado un artículo de revisión sobre la colonización de la costa vasca por el gavión atlántico. En el estudio se hace especial mención a la necesidad de plantearse medidas eficaces de protección de los puntos de cría en época de reproducción, esto es, desde marzo hasta mediados de julio, para consolidar la reproducción de la especie en la costa vasca. Y a su vez, ven necesario incluir al gavión atlántico en el catálogo vasco de especies amenazadas, al tratarse de una especie con población muy pequeña que, además, está localizada en un área dispersa.
En resumen;
Desde el primer caso de reproducción exitosa de la especie en la isla de Izaro (Bizkaia) en 2013, el gavión atlántico Larus marinus L., 1758 ha expandido su área de distribución a otras zonas de la costa vasca. El objetivo de este artículo es recopilar todas las citas disponibles sobre el proceso de colonización de esta especie que ha tenido lugar en las dos primeras décadas del presente siglo en la costa vasca. Esta colonización se inició a primeros de la década de 2010 y ha continuado en años posteriores. Durante el periodo 2012-2020, se localizaron 11 lugares en los que se detectó la presencia de gaviones emparejados en zonas aptas para la cría. Sólo tres llegaron a producir pollos (Izaro, Santa Clara y Txurruta). En 2020, la región albergaría un mínimo de tres parejas (en Santurtzi, Izaro y Santa Clara). Las parejas reproductoras se distribuyen por toda la costa, si bien de manera dispersa, en territorios que son defendidos, generalmente, dentro de colonias de gaviotas patiamarillas L. michahellis Naumann, 1840. El tamaño de puesta registrado en la costa vasca es de tres huevos (moda). La tasa de eclosión es de un 78,6% (n = 14), pero el porcentaje de nidos con huevos que llega a producir pollos que vuelan es un 64,2%. No se contabilizan en este cálculo las parejas en las que no llegó a haber puesta. Se confirma, en al menos 2 casos (Santa Clara y Txurruta), que el fracaso de las puestas se debe a molestias de origen humano, tanto en época de incubación como durante el momento de eclosión y cuidado de pollos. En otros casos, como Mollarri, es muy probable que las molestias causaran el abandono de los territorios antes de la puesta. Se anillaron pollos en Izaro, ininterrumpidamente a partir de 2013, y en Santa Clara en 2020.
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